04/04/2016
Y yo aún aquí, mientras canta la alondra y nace el día.
Cuando el instante, la casualidad o el amor se acoplan; entonces, viviremos, entonces, ¡Naceremos!
En soledad el eco del silencio anida en mí.
Hoy he caminado descalza sobre la hierba húmeda. Lo hice, cerrando los ojos,
La carne muere, envejece y nos duele como los años. El alma, siempre viva, nos impide morir.
Abro mis ojos, miro el amanecer. Siento el aroma de la mañana y digo: ¡desperté!, soy feliz.
¿Noche de estrellas, luciérnagas y luna? ¡Todas me alumbran!
Si perdonamos, liberamos el alma y nuestro ser. Pero sólo, si lo hacemos de verdad.
Cae la gota sin saber su final. Turbio destino.
Delgados troncos atrapan a la luna en fiel abrazo. Tierno y leal cobijo a esa luz entrañable.
Tu mirada sincera y penetrante manifiesta tu indómito carácter, eres fiel y obstinado escudriñante… hermoso y suave cual resbaloso hám… Te regocijas ante cualquier mimo,
El silencio, es ese telón "intangible" que se l… ¿Será así de simple...?
Por densa selva, vuela sobre su sombra, un colibrí.
¡Qué solitarias emergen las espigas de entre las ramas! Entre nubes, sus largos tallos al sol invocan.
¿Que es una nube? algo bello y fugaz que se va o muere. ¿Amor de madre? va en una dirección...