Octubre/07/2018
Madrid.
En el silencio, mi oído siempre alerta, siente al fin... ¡paz!
Caracolillo, al verte desde lo alto, ¡cuan frágil eres!
¡Linda es la vida! En un mundo de penas, siempre habrà flores.
Vuela como las golondrinas, vístete de mariposa, envuélvete en la brisa y ven a mí. Déjame ver tu
En su alma simple, cuanta veracidad encierra un Haiku.
Delgados troncos atrapan a la luna en fiel abrazo. Tierno y leal cobijo a esa luz entrañable.
Ese sonido de las pisadas sobre las hojas secas. Esconde una sensible melodía que encanta.
Amanecer en un día nublado; nos hace verlo, como el sutil frescor que nos regala el cielo.
Dime hermana... ¿A dónde has ido? ¿Al cielo, a las nubes, a las estrellas?
El silencio habla y también ensordece cual vulgar ruido. Podemos escucharlo si aprendemos a oír.
La mentira y la verdad, suelen ser o no creíbles. Todo depende del momento en que se digan.
Abro mis ojos, miro el amanecer. Siento el aroma de la mañana y digo: ¡desperté!, soy feliz.
Es como lluvia que cayéndonos sobre la piel no moja. Es negra oscuridad rebozante de luz.
¡Ella no sabía! que esa frustración la llevaría consigo tanto tiempo. Una inesperada y dolorosa
Habla el silencio; tala mi soledad, y... siento frío!