La primavera es una temporada para florecer y crecer en actos de bondad. Es hacer que los demás sepan que pueden florecer aun en terrenos olvidados como la flor que brota en medio de un pantano, de un panteón o dentro de un sembradío de vegetales.
Se guarda en cosas pequeñas, donde nadie lo sospecha: en la taza compartida, en la luz sobre la mesa. Se queda en la ropa vieja
Usted es un trozo de pan, calientito, recién hecho, con el alma generosa y el amor en cada gesto. Tiene un corazón tan grande
En la tarde inmóvil una luz antigua se pliega sobre el lomo del mar. Nada se rompe. Nada interrumpe el eco
En los pliegues del viento, duerme la tinta dormida, susurros de un tiempo ido que el alma nunca olvida. Las letras, aves sin nido,
Me gustan los que marchan contra e… los que en su diferencia son verda… los que, aunque el mundo mire con… siguen su luz sin miedo a tropezar… Las ovejas que pintan otro cielo,
Despierta, tierra mía, que la luz deshace la penumbra con su canto, y el día se derrama, suave y blanc… tejiendo su verdad sobre tu cruz. Que brote la esperanza en cada esq…
Plantaré un bello jardín, donde el viento susurre al alba, y sus hojas, como olas, bañen la tierra en su calma. Parecerá un vasto mar,
No es su aroma, ni el tacto de sus pétalos dormido… ni la sombra que proyecta bajo la tarde extinta. La rosa es otra cosa.
En tu bitácora, verbo y sortilegio… se quiebra el tiempo y nace lo inf… el mundo gira en un extraño rito, y el caos se ordena bajo tu consej… Cortázar, guardián de aquel azulej…
En noche fría, sin más abrigo, ni un solo amigo les sonreía. La vida es fría,
Mamá, eres luz brillante, como el sol en la mañana, una estrella que me guía y que nunca se apaga. Tus manos curan mis miedos,
Madre, en tus manos de luna duerme la brisa temprana, y en tus ojos de rocío se queda el alba callada. Cuando tu voz me acaricia,
Su sonrisa es sol, y resplandece como brisa dorada en el estío, y su rayo sutil y luminoso despierta mi delirio. Su sonreir es sol, y lleva impreso
Nació mi verso en la olla hirviend… donde el agua canta su son sonoro, se hizo estrofa cuando, riendo, saltó la sal con gesto de oro. En la sartén del alba espumosa
Mamá, te busco en el cielo, en la brisa del amanecer, en las flores que me abrazan cuando no sé qué hacer. Te encuentro en los susurros