—¡Llévese la calabaza, que está tierna y bien parada! No se queje si en su casa ya no encuentra la ensalada. —El chile me está mirando,
Mira las flores del río, cómo se mueven con el cantar, brisa y espuma las llevan lejos, van suspirando por regresar. Vuela la brisa, juega la luna,
En tu bitácora, verbo y sortilegio… se quiebra el tiempo y nace lo inf… el mundo gira en un extraño rito, y el caos se ordena bajo tu consej… Cortázar, guardián de aquel azulej…
Rozarte es danzar sobre el filo de una ola en un mar indómito
Cada nueva mujer es un deseo, no de piel ni de carne, sino de historia, de mundos posibl… de caminos que nunca recorrimos. Es un reflejo de lo que fuimos,
Hoy canta el día, Lucía, tu nombr… la brisa lleva en versos un eco de… la vida, en su susurro, tus años a… y el sol viste de oro la luz que e… Acosta eres en fuerza, en raíces q…
Bajo la luna de seda y suspiros, arde tu piel en mi noche encendida… boca en mi boca, la flor de tu vid… fuego en mis labios de ansias y gi… Danza tu cuerpo con ritmos susurro…
En la esquina gris del patio frío, se esconde un niño de alma herida, con su sombra juega al desvarío, con su pena canta sin medida. Nadie escucha el eco de su risa,
Hebras de plata en tu cabellera Hebras de plata en tu cabellera, tiempo bordando su sutil empeño, huellas de historia, susurros de u… dulce alborada que el alma venera.
Lo extraño no es caer, es quedarse suspendido, como ramas en invierno aferradas al vacío. Lo extraño no es callar,
Noche clara, luz bendita, Dios se ampara en la cita. Cielo entero
No corrijas su mundo, no enmiendes su error, su mente es un río que pierde el control. Si olvida tu nombre,
Horas calladas de fuego oculto, donde el cielo suspira un azul inc… Los días llevan murmullos rotos, eco distante de un ayer desierto. El viento juega con hojas cansadas…
hoy me levanté pensando en no escr… pero a los diez minutos le mandé u… no contestó fui al chino a comprar papel higié… la cajera tenía las uñas más linda…
En la penumbra canta el viento air… tejiendo en plata el velo de la lu… el cielo diáfano, con luz ninguna, guarda el latir de un pecho desola… Amor errante, fuego desbordado,