Roja es la flor, brilla en la mesa, suaves destellos dan la promesa. Luz de diciembre,
El lunes llegó sin previo aviso, como un ladrón con traje y permiso… Yo me escondí bajo la almohada, pero el despertador no perdona nad… Me levanté con cara de espanto,
No corrijas su mundo, no enmiendes su error, su mente es un río que pierde el control. Si olvida tu nombre,
Es fiebre de lunas en la garganta, un río que llora versos de fuego, la danza febril del viento y del r… el eco que canta, el llanto que en… Es sangre morena que nunca espanta…
Días verdes de bosque, y días azules de mar, el viento canta en los árboles, las olas juegan sin cesar. Las hojas susurran secretos,
Mamá, hoy te escribo con el viento y con el sol, con palabras que navegan hasta el cielo con amor. Aquí en casa todo sigue,
Brotan flores en la pradera, nuestros corazones esperan. El canto del ave al albor, despierta en nosotros fervor. Ríos que fluyen con rumor,
Abusos en escalada: Madres solas con hijos nacidos en USA, han sido secuestradas en redadas migratorias al recoger a sus criaturas de las escuelas. Esto ha provocado miedo, caos y terro...
Cocineros de la luna Juan y Lulú, dos pequeños cociner… decidieron cocinar un postre since… —¡Hagamos un flan con trocitos de… —¡Y un pastel que parezca la luna…
Todo niño es un artista, con manos de sol y alma infinita. Pinta en los muros de la brisa, dibuja sueños con su risa. Traza colores en el viento,
Cuando el mal te besa, no llega como tormenta, ni con estruendo en la noche; llega suave, como el susurro de un viento cálido
En la quietud del alba, cuando el rocío besa la flor, la semilla rompe su calma, buscando el rayo del sol. El río no nace río,
Nació mi verso en la olla hirviend… donde el agua canta su son sonoro, se hizo estrofa cuando, riendo, saltó la sal con gesto de oro. En la sartén del alba espumosa
Brilla la luna, canta el zarzal, bajo su sombra te vi pasar. Eran tus pasos
I. Ama con la fuerza de un río en… que no conoce límites ni bordes. II. Escribe en los labios del ser… el lenguaje eterno de lo no hablad… III. Sé refugio cuando la tormen…