De «Un bicho cayendo con épica agonía»
Escribo poesía a toda hora y mis manos ni lo saben.
Vivimos tiempos difíciles, ser uno mismo es la revolución.
—¿Por qué vistes de negro? —Es el duelo. —¿Por alguien? —Con alguien. —¿Quién?
duele mi costado algo sale de mi pecho soy yo en otro cuerpo
Cada historia que me fue contada es oída, cíclicamente, una y mil v… cuando estoy en silencio, y, además, guardada bajo llave, como un gran secreto,
[el poeta en cuestión se ahorró es… … [aún espera el pago de los interes…
Ya no intento convertir los poemas en pan. Intento multiplicarlos.
Desperté dentro de un gato en su ú…
—¿Jefe, me da permiso para ir al e… —Ahora no se puede, la producción… —Disculpe jefe. Gracias. Permiso.…
—¡Mira, una estrella fugaz! —¿Qué pasa con las estrellas fugac… —Que se debe pedir un deseo. —Ah… —¡Pídelo!
Las horas sin advertir mutaron, son más prófugas y audaces. Los convidados escasean, más irónicos e hipócritas, tiñen las paredes
Resulto ser la bala. Irrumpo en la batalla, busco el corazón de la guerra. De camino, mato lo que soy, siembro nuevos miedos.
el fuego es una opción a veces me aburre vivir frío
Soy poeta y no tengo remedio. Ni quiero tenerlo. Soy poeta, y es irremediable:
El secreto de este negocio es que siempre estamos leyendo.