Del libro Aquí no duele -50 poemas-, Buenos Aires, Ed. Vinciguerra, 2010
Desenfado y frescura y cierta osadía afinada y ese asomo de tristeza azul y ser adolescente asidua. Tramposa ingenuidad
Qué suaves besos verticales que
Sin nunca haber amanecido golpe de sol en la luz de lo incierto. Pero antes preguntaba. Ya no
¿Hacerle caso al obsceno hastío de… El cielo y el infierno y en el med… y seguirle la huella al alarido de… para atrapar el viento.
Aquel bosque filigranado de ausencias atrajo los recuerdos. La pausa del color despojó
Cómo desmontar mecanismos trampas anzuelos maquinaciones liberar las alas imperfectas me pregunto. El sonido
Tiempo real entre paréntesis el de la espera. Paciencia destilada gota a gota pensando qué hará
Se mira al espejo se descubre en tres dientes y una… investiga quiere asirse se saluda con su vecino en el vidr… un dedo se apoya en la otra imagen
Las astromelias las gerberas las fresias los jazmines las hojas de la Santa Rita
Debo partir desnuda hacia las cóncavas tierras muda de dolor la mirada hundida.
Afuera rugía el viento desatando los campos. Silueta indómita me habló sin palabras: cuando maduren las uvas
Quise despojarme ropa vieja una a una de las vanas ilusiones deshojada flor
Porque es simple todo es búsqueda. Desde la apariencia matriz a la angustia ovillada que no se da cuenta
Cada tanto asoma un día soplo de primavera estela de palabras en impresionista luz y realismo sin vocación.
De debajo de la tierra a través del alma se ilumina el infinito límite de