#Españoles #Generación27 #SigloXX
«Y me bendijo a mi mare; y me bendijo a mi mare. Diez séntimos le di a un pobre y me bendijo a mi mare. ¡Ay! qué limosna tan chiquita,
Me acordaré de ti todas las noches a las once!... En la plaza sin luna de tu ausenci… pronunciaré tu nombre con el mismo temblor del primer dí…
Lo mataron en Granada, una tarde de verano y todo el cielo gitano recibió la puñalada... Sangre en verso derramada,
Me tropecé contigo en primavera, una tarde de sol, delgada y fina, y fuiste en mi espalda enredadera, y en mi cintura, lazo y serpentina… Me diste la blandura de tu cera,
Yo de vestíos no entiendo, pero... ¿te gusta de veras ese que te estás poniendo? Tan fino, tan transparente, tan escaso y tan ceñío,
Siempre pegada a tu muro y al filo de tus almenas; siempre rondando el castillo de tu amor; siempre sedienta de una sed mala y amarga
No lo sabe mi brazo, ni mi pierna, ni el hilo de mi voz, ni mi cintur… ni lo sabe la luna que está intern… en mi jardín de amor y calentura. Y yo estoy muerto, sí, como una ti…
De laurel, no de acero, con falda de campanas y cristales, la torre es un arquero cuyos leves puñales aun mojados de rosas son mortales.
Al Museo de Sevilla iba a diario Juan Miguel a copiar la maravillas de Murillo y Rafael. Y por las tardes, como una rosa
Bebiéndome la dulce primavera me sorprendió la tarde junto al rí… y pude contemplar a mi albedrío el idilio del agua y la palmera. Me zambullí desnudo en la pecera
¿Me quieres, amor, me quieres? ¡Sí, para toda la vida!... y era yo quien preguntaba, siempre soñando una espina, siempre rondando una duda,
Decir “te quiero” con la voz velad… y besar otros labios dulcemente, no es tener ser, es encontrar la f… que nos brinda la boca enamorada. Un beso así no quiere decir nada,
Necesito de ti, de tu presencia, de tu alegre locura enamorada. No soporto que agobie mi morada la penumbra sin labios de tu ausen… Necesito de ti, de tu clemencia,
¿Por qué tienes ojeras esta tarde? ¿Dónde estabas, amor, de madrugada… cuando busqué tu palidez cobarde en la nieve sin sol de la almohada… Tienes la línea de los labios fría…
—¿De dónde vienes tan tarde? ¡Dime, di! ¿De dónde vienes? —Vengo de ver unos ojos verdes como el trigo verde. El sueño juega y se esconde