#Venezolanos
Tuvo que descender para buscarte, llegar a sus confines, sufrir por no reconocer su rostro, caminar mecánicamente, sin saber s…
Rosa de claras risas que golpea siempre un mismo jirón de luz y a un blanco río de trópico que duerme
Vengo de un reino extraño, vengo de una isla iluminada, vengo de los ojos de una mujer. Desciendo por el día pesadamente. Música perdida me acompaña.
Las cosas supieron, más que los ho… de su mirada a la que se abrían para otra existencia. El las acogía transformándolas
Yo viajo a los espacios transparen… Conmigo está tu de lana, el viejo… tus zarcillos con que ibas al merc… El perro que nos despertaba pasa s… No es magia, sencillamente nada he…
Irás de una tergiversación a otra en lenguas (la costumbre
Cuánto tuyo no se desenvuelve como… País al que regreso cada vez que m… Sello, fasto, bóveda de los cofres… Nunca me has negado tu leche de vi… Mi reflujo, mi fuente secreta, mi…
¿En la confusión, tu rostro estará en el lado opuesto también, poniéndole el sello al naufragio, con el gran vendedor?
¿Quién deja de oponerse? ¿Quién se sale del juego? ¿Quién se vive en el vacío? ¿Quién hace del desabrigo refugio? ¿Quién se disuelve en el percibir?
Tú apareces, tú te desnudas, tú entras en la luz, tú despiertas los colores, tú coronas las aguas,
Acuñar quimeras como soles muertos para los ojos de un fantasma, no es tu tarea.
Agrio portero nos aturde ahora. Antes veló por nosotros, y ya azuz…
Lenguaje emanado puntual fehaciente, no el engaño
Me muevo. Uno, dos, tres pasos. Nadie puede negar que avancé un poco. Se pueden ver mis huellas en el suelo, pero amanezco en el mismo sitio. ¿No me desplacé? Es cierto —verifico las ma...
Me fustigo. Me abro la carne. Me exhibo sobre un escenario. Allí no ofrezco el número decisivo… Devorarme ¡mi gran milicia!, pero…