#Españoles #Generación98
Pronto irás también tú, corazón mí… a la cama de tierra dél reposo que nunca acaba; nos lo dice el fr… que ya te cerca; pronto el triste… del mundo dejarás.
Cuento los días que pasan y en contarlos voy pasando; pasado y futuro casan en mi ansia y forman un bando. Una clepsidra es mi pecho,
Las dos conchas de nácar que bebía… para, ti mis palabras, la luz del sol trasparentaban dulc… una luz escarlata. Y tú oías al sol mientras me oías;
Amor de Ti nos quema, blanco cuer… amor que es hambre, amor de las en… hambre de la Palabra creadora que se hizo carne; fiero amor de v… que no se sacia con abrazos, besos…
No lo dudes, Teresa, fui Ramee y tú fuiste Julieta; no hay más que una pareja, que el… nuestro inmortal poeta,, va sin cesar rimando en rimas vari…
AI despedimos me dijiste: «Dame ya el último... no el último... el… nos le dimos y luego la agonía de los tres días negros. Siempre es el último el primero; a…
Me voy de aquí, no quiero más oírm… de mi voz toda voz suéname a eco, ya falta así de confesor, si peco se me escapa el poder arrepentirme… No hallo fuera de mí en que me afi…
Cuando te dió la tos, con el pañue… te tapaste la boca; y yo leí en tus ojos, en mi cielo, teda tu angustia loca. Me ocultaste las rosas de tu pecho…
Pasé junto a la reja de tu prima que estaba con el novio, y ni pasar me vieron. Me dio grima y luego el triste agobio de nuestra soledad. El que la cosa
Cuando a solas recuerdo el día aci… del más amargo tragó de mi vida tan breve, me defiendo preguntándome: «ahora ¿qué me hago… para qué voy viviendo?»
El cuerpo canta; la sangre aúlla; la tierra charla; la mar murmura; el cielo calla
Cada vez que tu nombre pronuncio,… viviendo deshecho, me parece que el cielo la boca me… renace mi pecho; En mi alma, Teresa, tu nombre es…
Con tus dedos marfileños ágilmente los bolillos revolvías; los bolillos que traían a mi m, en… entre negras antasíaS, a los dedos descamado:, de la Intr…
«Cuando tú seas mía...»—te dije, y llevándote al pecho las manos te sentaste... «¿Qué es eso, Tere… «¡No es nada... el desmayo!» «Cuando tú seas mío...»—añadiste,
Es á la sombra del silencio santo bajo el silencio de la sombra augu… lánguidamente va volando el canto de una campana sobre la robusta rocosa serranía á la que el llanto