Mis ojos te buscan entre sombras, entre estaciones.
Solo a ti te ven, en el horizonte de mi sentir,
Pero tus ojos, dos soles, a otra alma prefieren seguir.
¿Por qué ella, que desconoce tus misterios profundos?
¿Que ignoraría tu voz en los murmullos del mundo?
Ella, ajena al color de tus ojos, al latir de tu ser,
Mientras en mis brazos encontraste el consuelo,
El querer.
En el lamento de mis abrazos, en el sollozo compartido,
No supe entonces que tu llanto era por lo no vivido.
Ella, que ignora los secretos que tus ojos custodian,
Que perdería tu voz en el bullicio de la multitud,
Que desconoce el color de tus profundos iris.
Recuerdo cuando te abracé y tus lágrimas inundaron mis brazos,
Sin comprender que eran por ella, en su ausencia.
—Yasmín