Tú, Madre sembradora de soles que en el cielo tejes
Dije las mágicas palabras “Hokus, pokus” y tus labios se llenaron
He visto un cisne que en su sabiduría lleno está de blancas canas.
Persistentes brisas cubren el azul oscuro del rizado mar.
En la soledad de la montaña entre duras peñas alumbré mi cría y la llamé Esperanza.
Es certero acercarse a los sabios ...
La impaciencia impide pasar del paso a paso y nos aleja del paraíso.
Debes descansar. pero no dejar que las cosas se hagan solas.
Ya danzará la tierra toda y las mujeres dejarán de tejer sus telares y los hombres navegar los fatigantes mares.
Futuras generaciones construyan su nido en el árbol del porvenir. Las águilas en sus picos
Huelo felicidad a mi encuentro salen almas ágiles y graciosas. Creo en un dios festivo que sabe bailar
Gran poder es saberse moderar.
La felicidad se va formando de pequeños momentos de alegría.
Mirad hacia la montaña. Se ha posado un arcángel blanco ¡¡Albino!! como la nieve. Vigila con su espada los transparentes velos
Luna dulce, luna de azúcar, en la inmensa taza del firmamento.