Cada despertar del disco ardiente del Sol, es una mañana llena de inocencia y plenitud.
Sacerdotisas llevan en sus castos brazos pequeños cofres y vasos sagrados para honrar y ofrendar
El sabio estima a todos, porque cada persona tiene una virtud.
El tiempo tiene su labor en el telar convulsionado del tiempo.
Mar chileno amigo de la cordillera, cuyas aguas bajan en verdes venas hasta mezclarse
La lluvia y el campo son compañeros. El viento mediador, cura el sufrir de la lluvia y cesa la sed
Rayos de sol amarilleaban el pasto rústico de las praderas.
En los grandes aprietos es bálsamo para el alma hallar un buen corazón.
Torres de Inglaterra rodeada de briosos potros y arbolados prados de la tierra a cubrir
La piedra lanzada en el lago viajaba como un astro dejando su estela de circunferencias locas.
Los grillos ya cantan su ancestral canción. Sonido de la noche húmeda y estrellada.
La calma se posa en las piedras serenas. ellas no tienen esperanzas ni angustioso devenir.
Extraíste lo dulce de tu pócima has ordeñado la vaca de pesares y ahora disfrutas la mielosa leche láctea de las ubres de oro.
Fronda que das olorosos racimos. Viña que destila dulce ambrosía de purpúreo color
Huelo felicidad a mi encuentro salen almas ágiles y graciosas. Creo en un dios festivo que sabe bailar