Preciosa gargantilla, arrancada del cuello de Atenea, para embellecer a las doncellas de los jardines de Grecia, jardines de las hojas perennes.
Te conviertes en lo que piensas.
Mide tus aciertos por el grado de esfuerzo que llevó conseguirlos.
Flor pequeña que lentamente en mis manos moría. Yo le quiero, le decía. Ella me preguntó ¿me quieres?
Alégrate por el bienestar de otros. La envidia, envenena el alma.
¿Qué te pasa gallito que cantas tan tempranito?
Ballenas de mar, lomos pedazos de islas navegantes, errantes y a la deriva.
Mar chileno amigo de la cordillera, cuyas aguas bajan en verdes venas hasta mezclarse
La piedra lanzada en el lago viajaba como un astro dejando su estela de circunferencias locas.
Los errores provienen de la impaciencia humana.
Torres de Inglaterra rodeada de briosos potros y arbolados prados de la tierra a cubrir
No vayas tan rápido goza de cada momento feliz de a poco.
Fronda que das olorosos racimos. Viña que destila dulce ambrosía de purpúreo color
La estrella de duro diamante duerme sobre la pizarra negra del firmamento.
Dá, sin esperar nada a cambio. Ésa es la felicidad plena.