El instante perdido
adolece
en las vitrinas de las memorias.
Soy poco y soy esto:
soy las tardes abandonadas
en los negrísimos museos del
recuerdo,
soy la variable cantidad de formas
y sombras
que tiene el pasado,
soy jirones de un viejo sol,
soy pequeños rayitos saltando
por los balcones,
soy el rosal al frente,
soy la luna y los malvones,
soy todo lo vivido,
soy mis recuerdos.
Soy todo aquello, y no soy nada,
soy ese instante perdido,
soy la muerte abrazándome
con su olvido.