El señor Juan Manuel Pérez Oso,
vagabundo taimado y tranquilo,
se complace en rondar por el parque
y en dormir siete noches al hilo.
Si trabajo le ponen delante,
el señor Pérez Oso bosteza
o se lleva una mano a la frente
«por el fuerte dolor de cabeza».
¡Quién dijera, señor Pérez Oso!
¡Qué manías, qué contradicción!
... Pues resulta, atorrante gracioso,
¡que es usted exigente y glotón!
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El señor Juan Manuel Pérez O–,
vagabundo taimado y tranquí–,
se complace en rondar por el par–
y en dormir siete noches al hi–.
Si trabajo le ponen delán–,
el señor Pérez Oso bosté–
o se lleva una mano a la fren–
«por el fuerte dolor de cabé-».
¡Quién dijera, señor Pérez O-!
¡Qué manías, qué contradicció-!
... Pues resulta, atorrante gració–,
¡que es usted exigente y glotó-!