#Españoles
Uno siempre espera que suceda algo, que algo bueno suceda, algo que le dé un giro brusco, un empujón, un bandazo
Lentos por las aceras, inmóviles en las repisas, aovillados
Es inútil buscarlo. Cuando menos lo esperas, aparece en un bar. Y ya nada es igual en adelante. Un día tocas los dientes de la gloria,
Cuídate mucho de los que sólo miran, de los que siempre están detrás, de esos a los que nunca
Tienes veinte años, tienes a la vida por el cuello a tu merced; pero no es suficiente,
Sale de la marquesina y mira hacia la izquierda; vuelve y reinicia su pequeño “claqueteo” nervioso. No aguanta más, se muere, necesita
Con los días contados, chaval, así vivimos todos. Esperando a que nos tachen de la lista. Distrayendo
Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
Un simple comentario a destiempo, sin ninguna intención.
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
Llora cuanto quieras sobre mi hombro, desahógate, cuenta conmigo para lo que haga falta.
El último salvavidas al que suelo agarrarme en estos casos, el teléfono, hoy tampoco me sirve.
Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales. El niño mira su columpio, muy triste,