#Españoles
Tienes veinte años, tienes a la vida por el cuello a tu merced; pero no es suficiente,
El futuro es vuestro, chavales, decían, como quien te dice que te ha tocado algo,
Esta noche, por lo que a mí respecta bien podría saltar el mundo en mil pedazos. Por qué no. Y nosotros con él. Acabar. Echarle de una vez
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más
Llora cuanto quieras sobre mi hombro, desahógate, cuenta conmigo para lo que haga falta.
Cosas de la edad, supongo: te da por mirar atrás,
Un paquete de tabaco, un libro de poemas, cuarenta duros para tomar unas cervezas... Poca cosa, es verdad:
No es el de la niñez, aquellas mañanas de diciembre, a lo largo del río, hacia el colegio. Ni se trata tampoco de aquel otro
Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales. El niño mira su columpio, muy triste,
Es lo que tiene, el amor: empiezas siendo el galán protagonista
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
Ya poseemos casi todo lo que nos iba a hacer felices. Puede decirse
Es inútil buscarlo. Cuando menos lo esperas, aparece en un bar. Y ya nada es igual en adelante. Un día tocas los dientes de la gloria,