En mi camino hacia Paris me encontre a uno mendigos uno de ellos me dijo que habian desaparecido las casas de dulces porque a los extranjeros se les habian olvidado las buenas costumbres pero que aun asi todos los lugareños los llevaban en sus bolsillos, yo por mi parte le dije yo era de los que exigen que se haga en las mañanas el pan porque habiendo encontrado una hora de avergonzarse de toda costumbre la mente busca lo que realmente necesita asi que no habria de preocuparse por no tener si no por no poder desear.