El Girasol
Por; Juan Agudelo
No siendo el amor algo que se busque en otros,
son mis huellas en tu piel,
las rítmicas marcas de una evidente admiración por tú alma.
Como patrones ilusorios,
jardín de girasoles,
así admiré día a día,
aquella belleza.
Belleza eterna,
extraña y acogedora,
pues mi alma tuvo toda la intención
de hacer un hogar en ella,
ahí en tu pecho.
Dónde me engañe creyendo,
que me pertenecía el lunar de tu seno.
De ti, admiro esa belleza que no logro entender,
me das tu paraíso cuándo no lo pedía,
luego me lo arrebatas entre llanto,
junto a la mitad más bella de mi vida.
Marchita la rosa que deje en tu cuarto.
Que golpeo mis labios contra la roca.
De tanto llorar este suelo, se me ha vuelto fango.
cantando a susurros se me ha quebrado la boca.
Preñada esta mi guitarra.
Con risas de una primavera.
Nos faltaron seis días.
Para creer por un mes,
Que acabaría esta guerra.
El girasol que es tu risa,
y sí, no busque el amor en ti,
logré aprender
todo aquello que se le parece,
pero que, en definitiva,
no lo es.
Manada de Infelices
