Desde una prisión, llamada memoria
Empaca tus sentimientos y llévalos en un bolsito,
hasta que el tiempo te diga donde se sacan.
Amiga, sé que nuestros encuentros,
la coincidencia de tenernos y el milagro de amarnos,
te ha dejado reflexionando muchas cosas,
ha creado miedos y te ha distraído de los comunes del día,
solo ruego que, entre tantos pensamientos,
tenga yo la fortuna de pasearme por tu mente.
El mundo es un lugar extraño,
las comunes calles se han convertido en lugares memorables,
ya que juntos, hemos coloreado sus grises muros con besos y caricias,
los árboles jamás me serán ajenos,
ahora son mis cómplices en esto de recordarte,
lo mucho que te amo.
No te preocupes si me ves llorando,
el que me permitas tocarte,
y que mi corazón guíe mis manos a hacerlo con cuidado y deseo,
ha sido mi acercamiento más cercano al cielo,
mi amor, te he soñado toda una vida.
Pregunte si era posible amarnos más.
Y Dios me ha respondido con el regalo de verte.
Pregunte si un día lograría merecer tu amor.
Y me respondiste, ahogando mis miedos en un mar de besos.
Manada de infelices
