Negro luto guarda siempre.
Y cuando llega a mi puerta,
a mí me gusta el momento
de salir a contemplarla.
Escondiéndose en la hora
sin que nadie se dé cuenta,
va oscureciendo su entorno,
cambiando luces por sombra.
En verano lleva prisa...,
En algún sitio se oculta...
y su paso es muy ligero,
tan corto cuál su visita.
En invierno llega pronto
y apenas el sol se oculta.
Encendemos presurosos
las luces “pa” recibirla.
Con ella llega el descanso
y se va al llegar el día.
Prometiendo al despedirse
de que volverá enseguida.
Una vez que bis a bis
encontrándonos de charla.
Me dijo, que en sus viajes
frecuentaba más moradas.
Ya..., la noche llega y se va
como todo en esta vida.
En ir y venir continuo,
con tristeza y alegría.
Creo que será muy triste,
esperando su llegada.
Sentir que dentro de mí
la vida también se apaga.