Cargando...

Unión

Un abrazo basto para sentir
El fuego que tú alma exhalaba
Quise consolarme en tu mirada
Y aunque tus labios fueron
Más rápidos que los míos
Entendí perfectamente
Que estaba en casa.
 
No sabía el vacío que sentía
Hasta que te vi el lecho,
Callada e intrépidamente
Solté mis primeras palabras
Enredadas en lágrimas
Lo siento, querida
Nunca quise alejarme de ti.
 
Estuve en la vagancia externa,
Las calles bohemias
Llamaron mi atención,
Aunque el viento
Susurraba tu nombre,
El anfitrión de la noche
Tomo mi mano
Entregándome a la pasión
 
Sus manos eran suaves al principio
Mismas manos que azotaron
Mi corazón,
Por más que rogaba misericordia
El anfitrión no me soltó.
 
Fui prisionera
En cuerpo y alma
Hay heridas que el amor
No cicatrizó
Escapándose mi vida
Ante mis ojos
Fue el cielo, quien llamó mi atención
Su brillo era el amanecer
Más puro que el años
No veía
El sol se posó
En la comisura de mis labios
Sentí un inmenso ardor
Y supe en aquel momento
Que tenía  que dejar
Al amado anfitrión.
 
¿Cómo dejar sus recuerdos?
¿Cómo olvidar su calor?
¿Valdrá más su vida?
¿Valdrá más que esta obsesión?
Otras obras de Javiera Espinoza...



Top