Despedida
Te has ido. Mi sangre me lo ha dicho.
Y ahora soy un solitario extraño en tu mundo.
Las letras de mis versos ya no son mías.
Tus libros son suyos. Mis manos ya no me pertenecen.
Un ave que no conozco anidó en mi bosque.
Se adueñó de mis sueños. Y yo solo la contemplo
Atado a un recuerdo que fue mío. Inmóvil.
(¿Puede un recuerdo vivir para siempre?)
Ya no reconozco tus huellas. Ahora te confundes entre tantas.
¡Tú, que eras la única! Pero ya no temo que lo sepas.
Solo temo que descubras que aún existo.
Mientras miro por última vez nuestro bosque.
No como un extraño. Tan solo como un tonto espía.
Hector J Diaz (Junio 2012)
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