Xanti - Bré

El Inviernu en la Sierra

Nun hay soníu en to el valle,
más que el del aire chocando con la piedra.
El inviernu cayó como un castigu,
se metió por las rendijas del tejau
y nun salió más.
 
Las gallinas ya nun cacarean,
los gallos se quedaron roncos
y el burro se tumbó hondo en la cuadra,
como si supiera que nun hay caminu
pa buscá comida.
 
La casa del Benito
ye más fría que una tumba.
Los cristales están empañaos,
pero nun de vapor,
sino de tristeza.
 
El braseru ta apagau,
y solo queda la ceniza viejuna,
que ya ni calienta ni se queja.
 
La Petra, la madre,
reparte la manta como si fuera un tesoru,
pero con cuatro hijos y dos metros de lana,
nun da ni pa tapá la vergüenza.
 
—“Abrazaros fuerte, y cerrad los ojos.
Imaginad que tamos en agosto...”—
dice, y sonríe sin fuerza,
pa que los chiquillos nun noten que les tiembla’l alma.
 
El pan ye duru,
más que una piedra.
Y el caldo del día lleva agua y oraciones.
 
Afuera, los olivos aguantan como pueden.
El hielo les roe las ramas
y el vientu les arranca la esperanza.
 
Pero la gente,
los humildes,
los erranus de siempre,
siguen.
 
Siguen y nun se quiebran.
Amanecen con los pies moraus
y el corazón quietu,
porque aprendieron que llorá
nun calienta ni llena la barriga.
 
El vieju Cipriano dice que este inviernu
ye como el del 36,
cuando murieron más por frío que por tiros.
 
—“Pero entós también salimos...”—
dice, echando un tragu de vino ranciáu
que le queda en una botella con telarañas.
 
Y sí.
Salen.
Cada mañana,
aunque la escarcha les muerda los dedus,
salen.
 
Porque en la sierra,
el frío no mata,
lo que mata ye rendirse.
 
Y cuando la primavera llegue—si es que llega—
los hombres seguirán arando,
las mujeres fregando con agüa helá,
y los niños cantando a la luna,
aunque nun tengan ni zapatos.

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Este poema narra el duro invierno en un valle aislado, donde la desesperanza y la lucha por sobrevivir son los temas centrales. La crudeza de la vida rural, especialmente en tiempos de penurias extremas, se muestra a través de los personajes y sus dificultades cotidianas. El poema también resalta la resistencia y la fuerza interior de las personas humildes, quienes, a pesar de todo, siguen adelante en su lucha por sobrevivir. A continuación, se analiza en detalle:

1. El Invierno como Castigo
El invierno es descrito como algo implacable y castigador, que entra en la casa "como un castigu" y se queda, sin salir, afectando todos los aspectos de la vida diaria. El frío se ha apoderado del valle, y sus consecuencias son devastadoras para las personas y los animales: "las gallinas ya nun cacarean" y "los gallos se quedaron roncos". Estos elementos de la naturaleza que dejan de funcionar simbolizan la muerte o apagón de la vida cotidiana, reflejando el vacío emocional y físico dejado por el frío.

El invierno no es solo un fenómeno climático, sino una metáfora de la tristeza y el desamparo. La casa de Benito, por ejemplo, es tan fría como "una tumba", lo que refleja la sensación de muerte no solo física, sino también emocional. Los cristales empañados no son el resultado de la humedad o el vapor, sino de la tristeza de las personas, mostrando cómo el frío afecta no solo los cuerpos, sino también las emociones.

2. La Familia de la Petra: Lucha y Resiliencia
La figura de Petra, la madre, es central. Ella reparte la manta como si fuera un tesoro, un gesto que ilustra lo poco que tienen y la solidaridad en tiempos de necesidad. A pesar de las circunstancias, ella intenta mantener una fachada de esperanza y normalidad, diciéndole a sus hijos que se "imaginen que estamos en agosto", aunque "sonríe sin fuerza". Este acto de mentirles con esperanza es una muestra del sacrificio de las madres, que deben proteger emocionalmente a sus hijos, aunque interiormente estén desgarradas.

El pan duro y el caldo aguado subrayan la escasez de comida, mientras que la frase "agua y oraciones" refleja la dependencia de la gente en algo más allá de lo material, quizás la fe, para sobrevivir. Sin embargo, esta fe no asegura la abundancia material, solo la esperanza de que algo cambiará.

3. Los Olivos y la Naturaleza como Reflejo del Dolor
Los olivos, que en otras estaciones del año son símbolo de fertilidad y prosperidad, aquí se ven "roídos por el hielo", lo que muestra cómo incluso la naturaleza está siendo consumida por el desgaste del invierno. El viento, que "arranca la esperanza", simboliza el desgaste emocional de los habitantes del valle, quienes ven cómo sus vidas y sus esfuerzos se ven reducidos por las inclemencias del tiempo.

4. La Resistencia de la Gente
A pesar de las dificultades, los habitantes del valle, "los humildes, los erranus de siempre", siguen. Este verbo repetido destaca su capacidad de resistencia frente a la adversidad. A pesar de estar física y emocionalmente exhaustos, siguen adelante. "Amanecen con los pies moraus y el corazón quietu". Aquí, el corazón quieto podría interpretarse como la resignación ante las circunstancias, pero también como una forma de autoprotección emocional: ya no sienten profundamente, porque han aprendido a sufrir sin quebrarse.

La figura de Cipriano, el viejo, recuerda el invierno del 36, cuando la gente murió más de frío que de violencia. Esta mención histórica no solo sirve como contexto temporal, sino que también resalta el ciclo constante de sufrimiento que ha acompañado a la gente del valle a lo largo del tiempo.

5. La Filosofía de la Resistencia: El Frío No Mata, La Rendición Sí
La frase "el frío no mata, lo que mata ye rendirse" captura el espíritu central del poema: la resiliencia. El frío puede ser mortal, pero lo que realmente destruye a las personas es la incapacidad de seguir luchando. Es una clara afirmación de que la lucha y la resistencia son las únicas formas de mantener la esperanza y la dignidad en medio de la adversidad.

La idea de que "cuando la primavera llegue, si es que llega" refleja la incertidumbre de la vida, ya que no hay garantía de que las cosas mejoren, pero aún así, las personas siguen trabajando en la espera de un futuro mejor. Las "mujeres fregando con agüa helá" y los "niños cantando a la luna", aunque sin zapatos, muestran cómo incluso en las peores circunstancias, la dignidad humana se mantiene a través de las pequeñas actividades cotidianas, como el trabajo y el juego.

6. Conclusión: La Larga Larga Espera y la Esperanza que Perdura
Este poema muestra una profunda conexión con la realidad de la vida rural en tiempos de crisis, marcada por el frío, el hambre y la desesperanza. Sin embargo, también celebra la fuerza interna de la gente que, aunque mordida por la adversidad, se resiste a rendirse. A través de esta resistencia, el poema transmite un mensaje de esperanza, aunque no garantizada, en el que la supervivencia no depende de la abundancia, sino de la persistencia frente a las dificultades.

El poema también transmite la solidez de los lazos familiares (en particular, la madre que protege a sus hijos) y el sentido de comunidad, aunque la lucha se lleve a cabo de forma individual. Al final, la llegada de la primavera es incierta, pero la esperanza en el trabajo, la fe y la perseverancia es lo que mantiene viva la vida en este valle olvidado.

En resumen, este poema es un tributo a la resiliencia humana frente a la adversidad y a la capacidad de sobrevivir en medio de la más dura de las realidades. Aunque el frío y la pobreza física sean intensos, lo que realmente mata es rendirse, mientras que la lucha diaria es la que mantiene viva la esperanza.

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