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Me dices

Está todo ambientado para tu comodidad
Te miro y me hablas del dolor
De tu propia incomprensión y la de los demás
Me pides perdón y yo sonrío con los ojos.
Tus brazos también hablan:
Dicen que no te amas,
Que te gustaría sentir felicidad,
Que estás perdida.
 
El sentido de realidad se desvanece
Lo veo cuando cierras la mirada
Te apresuras a abrirla
y  deja de brillar
Me dices que estuvo aquí
Que se apoderó de tus hombros
Que aplastó las mariposas de tu estómago
Las que crecían junto a ti.
 
¿Cómo respondo?
Mi única herramienta es hablarte del mar
De sus olas y el saber navegar.

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