POESÍA JAPONESA
Entre caminos la soledad pasea, me busca a mí. Me escondo en los rosales, quiero la vida
Enamorarse es fácil, te quedas enganchada de él sin darte cuenta. Empiezas a sentir que quieres en tu
Cada luna llena vuelven los recuerdos que me llevaron a la más profunda decepción Luna traicionera
Miré como metías los pies en la frescura del río Darro. Me guiñaste y sonreí, el cielo resplandecía
Qué hago mirando el amor si este se fue. Miro por la ventana gente que con indiferencia pasea por la calle
Mis senos duros turgentes, con circunferencias perfectas, los miro, mientras contemplo por el rabillo del ojo, unas flore… ajadas, muertas.
El cielo de Granada invita a las parejas a amarse bajo los naranjos. Bajo el cielo de Granada
Desvirgamos el amanecer entre sábanas desgarradas, que estúpida fui, creí que podría cambiarte y no sabía que el infierno
¡Cómo voy a mirar tu bellísimo rostro, tu piel perfecta, que ni un lunar la desmerece! ¿Qué haré contigo, amor?
Con la luna ardiendo al ver a los amantes el mar se calentó al ritmo de la marea lunar. Allí bajo su luz te besé
¡Cómo te echo de menos! Duele no verte más, dicen que mañana es otro día, pero los días se me escurren entre las lágrimas.
Conocerte fue ver el sol dentro de mi pecho iluminando cada centímetro de mi corazón. Recuerdo tu pelo que mis manos deseaban amasar, acariciar
Abro los ojos siento el calor de tu cuerpo, me apoyo en la almohada y contemplo el mapa de tu cuerpo. Una oleada de ternura me envuelve
Tal vez no es que no recuerde el c… sino que prefiero olvidarme. Solo esperar que pase este pervers… Mi casa ya está en ruinas, se derr… el fuego trepó hasta la terraza do…
El lirio blanco aromando el camino. Cerca mí casa. En la ventana las orquídeas blancas.