POESÍA JAPONESA
MI HOMBRE Mi hombre, me mira con ojos de deseo, él contempla mi boca, sonríe provocativo,
Puesta de sol entre ramajes rojos. Dorado lago. El cielo añil cubre el árbol de otoño.
No creas que me tienes como la primavera las flores, que soy como aquel pájaro que echó a volar. Qué la vida me ha enseñado
¡Allí estaba el ataúd! Tenía que verme, saber que de verdad era yo. Me acerqué lentamente y, casi muero, si es que no estaba muerta ya, ¿Qué me han hecho? ¡Esa no era yo! Era una muñeca...
Olor a amor Tu cuerpo me huele a brisa de la mar a auroras nuevas late mi corazón
Barcas varadas en la orilla del mar. Es primavera. óleo por Ramón Pujo Sierra Nevada
Rumor del agua en el oscuro bosque. Brillan luciérnagas. Alimentándose del néctar de las flores.
Mi vida estando juntos me harás mis comiditas serás mi ama de casa. ¡pies no andan, vuelan! Hoy de peluquería
Tengo el presentimiento de que empieza el momento entre tú y yo. Lava recorriendo mi cuerpo mis manos recorriéndolo
Gotitas de agua el martín se sacude. Ha pescado hoy. En el crepúsculo el tigre observa humanos.
Mochila de color tierra, llena de pesada carga, ella no se la quita, siempre la lleva. Cada vez que tiene algo
Rotas mis alas, jamás podré volar, fragmentos de mi vida; los esparciste: como polvo de estrellas
Solo se dedicaba a decir lo bellas que eran sus letras. Halagos a sí mismo se dirigía. Envidia insana de las personas, que realmente escribían.
El tiempo se va terminando el corazón hecho tiras se va recomponiendo tu època se acaba. Es el final de una historia
Tus labios entreabiertos susurran: te am... yo, con un beso interrump… la oración. Muerdo tus labios suavemente, mi lengua se reconoce con la tuya