Espacio.
Hemos comprado a la mentira, el más falso segundo de paz,
cuando negamos con esa misma tranquilidad el agrietarse,
ahí, nuestras máscaras infranqueables...
Nunca fuimos ni seremos, por haber sido deseo en ningún lado.
Incapaces de devolverle algún sonido al beso esquivo,
sin no disfrutar, ese calor amargo forjando un cielo de barro.
Desvaneciente, entre miradas huérfanas por permanecer ya,
sin su sol contando latidos que desesperan otra vez
y que no van a coincidir en amar hoy,
si por las ansias de soñar no quieren despertarse.
Parece que en unas pocas calles grises recorridas suele perderse,
la emoción por miles de caminos y en alguna avenida, los rayos;
decantan lentamente, sombras y paredes en tanto abrazo al cemento.
Oscurecen el pulso, las hojas vagabundas duelen más que de costumbre,
chocando desesperanzadas contra el mismo suelo donde íbamos a hacer pie.
Tan cerca pero lejos sus raíces ya no tienen más valor para enfrentarnos...
Ni un suspiro de nosotros sostenemos,
ni siquiera, ese reflejo de imposibles,
cuando miramos al débil espacio de faltarnos.
Lo único que recuerdo es que no atiné a moverme en ese momento acromático,
preso del carácter nuestra misma rabia se escapó,
con tan poca gracia e hiciste lo propio en la emoción.
Una nueva aventura repitiéndose con un dolor distinto al que acostumbramos.
Al que mucho tiempo negaste y sigue rompiéndose,
donde el aire nos dejó claro a ese ahogo repentino
y todo corazón busca respuestas, nunca fue antes.
Si solo después; solos, solo compartimos espacio...
14 de Mayo, 2021
