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Una Espía

Cuando salí a votar las cenizas
no sabía que ella estaba en primer plano.
 
Mis ojos no dejaron de mirarla,
hipnotizados.
 
Caí en ese trance,
en el que caigo cuando me embriago de placer.
 
El amigo Deseo
se apoderó de mi locura
besarlo fue algo que él no pudo evitar.
 
No comprendía por qué
la fijación de salir
a esa hora, en otoño y a la terraza
Pero lo llevo.
 
Tres pasos más de donde estaba,
se choca con ella
la más bella, la más grande
una luna de esas,
completamente llena.
 
Ese día la conocimos
juntos y con muchos árboles
mirones, risueños.
 
Luego vinieron
los mejores besos,
el puñado más prolífero
de orgasmos de la vida.
 
 
 
Lilia Sandoval

Una noche de luna en verano y embriagados de amor

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