#Mujeres #Nicaragüenses #SigloXX #SigloXXI
No pienses en mañana ni me hagas promesas ni tú serás el mismo ni yo estaré presente. Vivamos juntos la cima de este amo…
Malogrados los ojos Oblicua la niña temerosa, deshechos los bucles. Los dientes, trizados. Cuerdas tensas subiéndome del cuel…
Dicen que la muerte es solitaria que nos morimos solos aunque estemos rodeados de aquello… pero tú me llamaste y yo no estuve:
Muero de a poco, amor no es la muerte sorpresa que deseaba la que libera y lanza
Fue una pequeña muerte tu partida. Una muerte pequeña que me crece cuando imagino a veces que estás cerca
Desde tu ausencia llamo de tu exilio desde este viento sur que te convoca
Nunca más esta lluvia ni esa mancha de luz en el peñasco ni el borde de esa nube
Barajando recuerdos me encontré con el tuyo. No dolía. Lo saqué de su estuche, sacudí sus raíces
Has entrado al otoño me dijiste y me sentí temblar hoja encendida que se aferra a su tallo
¿Cómo será el encuentro? Descarnados los dos sin tu mirada sin mis labios posándose en los tuyos.
Ya la ceiba no existe derrumbaron mi ceiba se hicieron añicos los espejos eché a secar mi Río y se escondió la luna.
Qué lástima que duermas y se interrumpa el diálogo y no sientas mi beso en tus ojos cerrados. Qué lástima tu infancia
¿Qué fue de ese poema que no pude atrapar el que pasó rengueando frente a mí con las alitas rotas?
Digo amor y lacera mi cuerpo el desamparo.
Es simple nuestro amor sin estallidos como una de esas casas con helechos y alguna que otra rana