#Mujeres #Nicaragüenses #SigloXX #SigloXXI
No te pierdas, Teseo vuelve a mí. La playa está desierta tengo los pies sangrientos de correr en tu busca
No puede conmigo la tristeza la arrastro hacia la vida y se evapora.
Soy una gaviota solitaria con el ala tronchada abro un surco en la arena.
Has entrado al otoño me dijiste y me sentí temblar hoja encendida que se aferra a su tallo
Hola dije mirando tu retrato y se pasmó el saludo entre mis labios. Otra vez la punzada,
Ya la ceiba no existe derrumbaron mi ceiba se hicieron añicos los espejos eché a secar mi Río y se escondió la luna.
Sólo éste ahora es mío este momento el pasado escapó y no vislumbro el rostro del futuro.
Por las noches en sueños más de un amigo muerto resucita, al despertar
Una mirada a veces un gesto entorpecido una frase un olor el beso que al unirnos
Brilla el agua en mi piel y no la siento corre a chorros el agua por mi espalda
Yo, poeta de oficio, condenada tantas veces a ser cuervo jamás me cambiaría
Soy una chispa en la tierra un desahogo fugaz del corazón que nos piensa.
Es simple nuestro amor sin estallidos como una de esas casas con helechos y alguna que otra rana
Solos de nuevo solos sin palabras sin gestos sin adornos
Quisiera creer que te veré otra vez que nuestro amor florecerá de nuevo quizá seas un átomo de luz