The Burning Red…
Cómo llenar este inmenso vacío que tengo en el alma,
que no he podido llenar con nada
y que se hace cada vez más y más profundo,
más inmenso,
más indescriptiblemente doloroso
(“Y si ella nunca se hubiera ido…
¿Entonces, qué?”)
Es tan doloroso y hermoso el recordarla…
Recuerdo con todo detalle su olor,
su sabor,
la forma en como me miraba,
con esa luz que me cegaba
y que me hacía ver a Dios
y a todos los ángeles de todos los paraísos creados
y por crear,
nuestras conversaciones sobre todos los temas habidos y por haber,
la tersura de su piel tan suave,
cada rincón de su ser,
el contonear de todo su cuerpo al caminar,
el hermoso tono de su voz,
cuando me besaba,
cuando me acariciaba,
cuando hacíamos el amor,
y éramos uno,
y me hacía ver todas las estrellas, galaxias y universos creados
y por crear…
Cómo llenar este inmenso vacío que tengo en el alma,
que no he podido llenar con nada
y que se hace cada vez más y más profundo,
más inmenso,
más indescriptiblemente doloroso,
como sacarme todo esto de adentro
sin reventarme las entrañas y el cerebro en el proceso,
como poder soportar llegar al límite del sufrimiento,
como es posible vivir así,
amar así,
sufrir así,
como he podido acumular tanto dolor, frustración y rabia en una sola vida,
como pude,
como pudo,
como no puedo dejar de recordarla,
como no puedo dejar de llorar por ella,
como no puedo dejar de sentir escalofríos cuando la recuerdo,
como no puedo dejar de amarla,
como no puedo dejar de sufrirla,
como puedo,
como pudo,
como pude,
como dejo de sentirme tan miserable,
tan mediocre,
tan inservible
precisamente por dedicar cada instante de mi vida a ser todo lo contrario,
como matar esta maldita soledad que me cala hasta los huesos,
como poder ser feliz en el intento,
como,
maldita sea…
¡Cómo!
Préféré par...
