La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
La procesión va por dentro, no por teatro.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.