Determinismo biológico y autodeterminación moral (La ecuación de nuestras vidas)
"LA MATRIZ DE TODO ESTA EN EL BARRO"
Despejada la incógnita,
¡Nuestra vida es una ecuación!
Aquí, la variable irresoluta
suspendida sobre la ordenada
y más allá, entregada a la meditación
profunda del piano, una constante nula
que descansa en el eje horizontal.
(y ya no hay dudas de que la gráfica
de nuestra ecuación es una recta muda
que parte desde el origen hacia la nada)
Y en esa gráfica descubrimos
como genios matemáticos
o pronosticadores,
la estática dimensional
del estornudo,
acotada por la simetría, el silencio,
y la rareza óntica de una línea.
Y bajo ese criterio de organización
—casi proverbial y tan abstracto—
la enajenación y luego el polvo...
¡Cada punto es esclavo de otro punto
y todos prisioneros de la recta!
La teogonía como eje central
(la cruz del calvario)
un pensar y un existir, luego
entre coordenadas y números
dentro del plano,
matematizan nuestro destino
en una ecuación.
¡Nuestras miserias absolutas
adquieren cuantificación
y son predecibles!
Y la línea del futuro no descripta
por el trazo del hombre ni de la civilización,
degenerará en un punto.
No habrá locus geométrico,
Seremos y no seremos moralmente...
Estaremos en la línea y en ella moriremos,
Todos juntos.
¡Ese será nuestro infinito bostezo!
