¿Sabes? A veces, sabes a domingo. Rouleaxu d’Aubergine, rollos de berenjena con queso de c… y jitomate deshidratado. Pesto in rasso (fetuccini con alba…
Bésame rumiante, deja que el mundo ruede mientras nos comemos. Porque de tus riquezas, mujer, no tengo quejas:
No por madrugar, amenazo más temprano.
Tengo... Veamos qué tengo. Tengo mi ausencia, inmensa, eterna, inagotable, profunda. Desciendo de mi propia ausencia,
A la señorita Ocípete Cascuijo R… en vísperas de su cumpleaños. Rasgo mis vestiduras mientras me r… en el huerto seco de mi ignominia. ¡Y no es, por favor, la pleurodini…
Ese que soy en el sueño, no soy yo… Ese que dice tu nombre dormido, no… Yo ni me acuerdo de ti. Soy el que vive sin memoria. ¡Ése soy yo!
Renuncio a la fiesta y al sueño, y… Los seres que soy pacen sin prisa… ¡Y el alma, que no existe! Algo de mí tiene nombre de mujer. Alguien conmigo recobra su ligerez…
“El exilio es la cesación del contacto con un follaje y de una raigambre con el aire y la tierra connaturales; es como el brusco final de un amor, es como una muerte inconcebiblemente h...
Música: Octavio Herrero Letra: Agustín Aguilar Tagle Si io me escondo de tu, vivo cego,… te escondes de mua. Tonces, desde… (los meus llavis toquen la morte s…
¿De veras pensaste, nube, que siem… Fuiste vapor de orgullo, y en tu l… creíste que eran verdad las palabras del niño que te vio d… Altisonante, tirado en la yerba, s…
From the aftertaste to the aftergl… from the kitchen to your bed, from your mouth to your mouths, from your bird to my death, I laugh at thee.
Todo sucede en un nave que vuela bajo un estratonimbo sobrecogedor. Aunque en su exterior la máquina asemeja un avión relativamente moderno, el interior de la nave reproduce el moblaje ...
Asido a mis entrañas he sido usado por miríadas de muje… manjares en los manglares de mi conciencia, y sigo vivo.
Cuidado con los que te dan a elegi… Es tanta su sed de sangre, tanta su hambre de Nada, que por verte agonizar juegan con la suerte
A la música se llega palpando la r… como el ciego que encuentra, al andar con los brazos levantados… un rostro. Y el rostro sonríe porque se sabe descubierto.