Intento fallido de escribir en pen… mientras mi padre duerme. Después… Al mar de ti te vas (soñar y ser), y el cielo da de sí, gigante, dios… Ayer se fue, mi amor, ayer se fue.
“El exilio es la cesación del contacto con un follaje y de una raigambre con el aire y la tierra connaturales; es como el brusco final de un amor, es como una muerte inconcebiblemente h...
Y el cielo se desvaneció como un k… que se desconecta de whispernet
Breves las tetas tuyas, pero notab… con sus pezones exactos, samovares… Tibio el vientre tuyo, acaso infla… De él parto hasta el terciopelo de… y besándolo te digo: estoy enamora…
Ese que soy en el sueño, no soy yo… Ese que dice tu nombre dormido, no… Yo ni me acuerdo de ti. Soy el que vive sin memoria. ¡Ése soy yo!
Creo en un solo Sofá, mueble todo desvencijado, creador del pensamiento variable y de las ocurrencias inamovibles, hacedor de todo lo soñado y todo l…
¿De veras pensaste, nube, que siem… Fuiste vapor de orgullo, y en tu l… creíste que eran verdad las palabras del niño que te vio d… Altisonante, tirado en la yerba, s…
No por madrugar, amenazo más temprano.
¿Sabes? A veces, sabes a domingo. Rouleaxu d’Aubergine, rollos de berenjena con queso de c… y jitomate deshidratado. Pesto in rasso (fetuccini con alba…
Tengo... Veamos qué tengo. Tengo mi ausencia, inmensa, eterna, inagotable, profunda. Desciendo de mi propia ausencia,
La memoria está hecha para recordar lo que no importa. Lo que importa va al sueño, a la mirada y al andar de cada uno. El tuétano de la vida se esconde en nuestro silencio. Si buscas al...
Música: Octavio Herrero Letra: Agustín Aguilar Tagle Si io me escondo de tu, vivo cego,… te escondes de mua. Tonces, desde… (los meus llavis toquen la morte s…
Oigo voces, las mías y las otras, las voces de los otros, voces admitidas y voces desmentida… las que nombran el mundo y las que…
Soy un arbusto feliz de Bob Ross,… con el río a mis pies desde el silencio y la desgracia d… óleo, mancha, nada (perdóname Juana,
A la música se llega palpando la r… como el ciego que encuentra, al andar con los brazos levantados… un rostro. Y el rostro sonríe porque se sabe descubierto.