Voy a dejar salir el deseo
que soberbio el cuerpo engaña.
Lo voy a soltar como un jilguero
para dejar que grite en mi nombre.
Y nada más.
Lo miraré desde abajo,
como quien ve volar la libertad
dejándome sonreir desde los pies
con la calma que da la certeza
de dar lugar a la vida.