Haiku 1
03/17/2016
El dolor es inevitable, pero, ¿y el sufrimiento? ¿Debemos aprender a convivir con él?
—Dime q me quieres, que me extrañas. Dime que me necesitas... —Te quiero, te extraño,
Amanda baila como las bellas aves que baten alas. Su ritmo es como viento incansable y tenaz.
¿Amor de madre? va en una dirección. ¡Hacia adelante!
Croa la rana, salta al oscuro charco. Mira al nenúfar.
¡Dios! me arrepiento, a ellos pido perdón, Tú, ¿me ayudaste? Fui tan frágil, tan débil sobre todo, tan sola.
Todo segundo, es parte del pasado en cada instante.
Entre las nubes, cabalgo tan veloz, que aplasto al viento.
¡Pasan los días! Lentos, implacables con esa letanía que se convierte
Canta el Jilguero en su vuelo ondulado. Son sus gorjeos tan dulces y animados que deleitan la vida.
Si los sueños se pudiesen escoger y la vida fuese la manifestación de ellos, no habría por qué sufrir;
La rana duerme, tranquilidad nerviosa. ¡Puede saltar!
¿Habéis pensado alguna vez que cuando nacemos somos ricos? La riqueza no se mide en dinero, se mide en tiempo, que es, el que en definitiva,
Esas niñas mías que tanto amé. Esa entrega incondicional y transparente,
Caracolillo, al verte desde lo alto, ¡cuan frágil eres!