Mi mente era templo para los dioses, y ante ellos yo era luz y cielo. Yo era feliz. Sin embargo, siempre muy dentro de mí, escondía mis sentimientos más tenebrosos y obscuros. Hoy no h...
Las sirenas están llorando en el mar; ha muerto el rey de los tritones, y su risa ya no sonará más entre los océanos, ni su mirada azul iluminará las aguas. Los lamentos llenos de melan...
Tu nombre suena como parvada de pá… como un amor suave de lirios. Duerme en mi costilla, en mi ombligo y en mi memoria. Tu nombre es de añoranza y melanco…
Hay cuervos en el puerto. Esperan con paciencia la llegada de los marineros que traen el cuerpo muerto del pescador. Murió hoy de madrugada, al apagarse las estrellas. Llevaba en su cue...
Este libro es una historia de cari… de besos amarillos en el mar, de cantos dormidos en las nubes de… Es un libro que no todos entienden… porque nació una mañana de rocío e…
Un poeta sin tus ojos ni tu boca es un pueblo con hambre Un pueblo con hambre es tierra sin pan de versos Un pueblo sin tus ojos,
Nos amábamos en el despertar de lo… en el murmullo de los pájaros en f… en los lirios encendidos por la ta… en el otoño de palomas, en tu lech… Nos amábamos en el verdor de nuest…
Estos son unos versos muertos que… Palabras enterradas en el corazón… Nacieron muertos porque mi alma ya… Están empolvados de ceniza y a pes… crecen en ellos girasoles
Sí, sí, yo soy un ángel de luz... ¿Pero quién fue el maldito que apa…
Mi lágrima es muda, no asoma para no ofenderte, para que nadie se dé cuenta. Es dolorosa, pero hermosa como un… sé asoma cuando te miro
Hubo una vez un día que se enamoró de la brisa del mar, quien disfrutaba de volar por entre las olas y las costas de arenas color violeta. El día la había conocido desde que él era apen...
Dicen que en pocos años conoceremo… del hambre, de la mentira, de la s… de las almas enclaustradas en la t… de la esclavitud, de las miradas t… de la desesperanza,
Cuando vayas a París, lleva siempre en tu equipaje cielo rosa en mis canciones, palabras azules en tu boca. Silencio en mis ojos de aluminio,
Oh, castigo del cielo, desaforado delirio, como rosa que en mí brota, Inquieta, febril e insinuante, grande pasión me fustiga.