Desde el razonamiento,
te llamé oxitocina,
tú me dijiste “así se siente
estar enamorado”,
tu piel y contacto,
lo demostraron.
Y aunado a eso,
me miraste,
ojos constelados
por mí.
Y yo también te miré,
no me pude escapar
de la fragancia
que desprendieron tus labios,
quise morir en ellos,
y revivir,
para repetir.