Es difícil quitarse un mono de trabajo sudado
por tener algo que decir que uno cree que importa.
Pero hay pieles y pieles diría una cebolla.
Así que aquí estoy a medio vestir o a medio desnudar,
porque ya no sabe uno el terreno que pisa,
la frontera que cruza o el bando que le acoje.
Renuncio a lo importante, al punto,
voy al asunto del día,
de la hora, del minuto.
Ya me he perdido!!
Ya vuelvo al cómodo circulo del infierno donde habito.