En mi pecho un eco suena, sombra de un viejo cantar, como brisa que se apaga mas no deja de soplar. Llevé dentro un pensamiento,
La luna serena, el viento callado, luces titilantes el cielo bordado. Estrellas que cantan
El sol asoma, brilla y juega, la casa huele a pan y miel, mamá en la mesa ya nos ruega: ¡Vengan todos, está listo el paste… Papá sonríe, cuenta un cuento,
Se va la brisa de tu aliento, se va tu risa de mi piel, y queda el eco más cruel donde era sol, hoy es lamento. La casa es sólo un frío hueco,
Tu piel, una claridad que no ciega, sólo invita. Se posa sobre mí como el sol tibio sobre el agua.
Cocineros de la luna Juan y Lulú, dos pequeños cociner… decidieron cocinar un postre since… —¡Hagamos un flan con trocitos de… —¡Y un pastel que parezca la luna…
Cada noche, cuando enciendes la lá… y su luz resbala por tu espalda, comienza un poema en mi boca. Es el agua que aún brilla en tu cl… la sombra curva en tu cintura,
Entre capotes y sombras, en la plaza se alza el día, Valentina, la torera, como un sol resplandecía. En sus manos, seda y fuego,
De niño vi la luna deslizarse, un lienzo puro entre ramas dormida… Mi alma quiso su brillo adueñarse, mas lo efímero dicta sus medidas. Testigo muda de juegos y sueños,
Poema: “Decálogo de Navidad” Género: Poesía clásica Tono: Melancólico, Reflexivo Amarás en diciembre al que nunca t… con un gesto sencillo que no busca…
El viento no avanza, solo baila si… la prisa del hombre no doblega el… El agua no guarda rencor al que la… pero borra su rastro donde nadie l… La verdad es un filo que corta sin…
La alegría es pena que se va y se queda, es dulce cadena que el alma remeda. No existe en la vida
I. Olas de luz Brisa del alba, danzan las hojas, luz y reflejos, duermen en mí.
Rueda la nube, riega el maíz, canta la tierra, baila el maíz. Corre la fuente,
Una flor blanca en el llano despertó con la mañana, y al sentir brisa temprana extendió su débil mano. “Viento suave, luz lejana,