Tú llegaste a sanar mis cicatrices,
como lluvia cayendo sin aviso;
convertiste en calor los días grises,
y en tu risa encontré mi paraíso.
Como lluvia cayendo sin aviso,
te metiste en mis sueños sin permiso;
y en tu risa encontré mi paraíso,
donde todo es verdad, nada es hechizo.
Te metiste en mis sueños sin permiso,
y ahora vives en todo lo que escribo;
donde todo es verdad, nada es hechizo,
ni el temblor que me das cuando te miro.
Y ahora vives en todo lo que escribo,
tú llegaste a sanar mis cicatrices;
ni el temblor que me das cuando te miro,
como lluvia cayendo sin aviso.