Cuartetas que recuerdan las noches de luna del Caribe, que podemos ver todo el tiempo y que han inspirado a poetas y cantantes. La luna llena más cercana se mira desde el campo, y tiene cara de mujer.
En noche fría, sin más abrigo, ni un solo amigo les sonreía. La vida es fría,
Fluye el río sin prisa, sin miedo, como el viento que danza sin rumbo… cada instante un latido, un mister… un sueño que nunca sucumbe al segu… Las olas que besan la orilla,
El caracol cantor En un jardín muy soleado, vivía un caracol encantado. Cantaba al sol cada día, con su voz de melodía.
Las flores del banquete En el jardín de los sueños hay flores de mil sabores, dulces como los suspiros, crujientes como tambores.
Del amor surge la lumbre, centro y llama de la vida, luz que, en aura esclarecida, vence sombras y costumbre. Dulce néctar, fiel vislumbre
Mamá, te busco en el cielo, en la brisa del amanecer, en las flores que me abrazan cuando no sé qué hacer. Te encuentro en los susurros
Aparecio, solo, en la manana, mirandome desde el borde del cesto… tan arrugado, tan sin su hermana, tan resignado a un destino funesto… ¿Donde esta ella?", me pregunto mu…
Mi mamá es un hada Mi mamá no tiene alas, pero vuela sin cesar, con un beso y una nana me hace al cielo viajar.
Camina la brisa con los pies descalzos de la tarde… silenciosa, como un eco dormido en la nostalgi… Las hojas tiemblan
Anhelo la luz de Cristo, como el amanecer anhela al día, como el río busca al mar, y el alma sedienta su alegría. Es una llama que no se apaga,
En la esquina gris del patio frío, se esconde un niño de alma herida, con su sombra juega al desvarío, con su pena canta sin medida. Nadie escucha el eco de su risa,
Tu piel curtida brilla en la negru… músculos fuertes como la montaña. Forjas el oro que el suelo acompañ… con manos rudas, con voz de ternur… Cargas la mina con sangre y con fu…
Noche estrellada Cantan las flores, luz encantada, suena tambores. Brilla la luna,
El cielo te sonríe con mágico fulg… y el tiempo se arrodilla rendido e… Amalia, en tus ojos destella un vi… un faro que ilumina tu nobleya y t… Treinta y dos primaveras se visten…
En el ruedo me detengo, la arena besa mis suelas, y el sol, como un dios altivo, me viste de oro y estrellas. Brillan fuerte los caireles