Toma un puñado de sombras del rincón donde nadie mira, mézclalas con agua turbia de las fuentes de la vida. Añade un suspiro hondo,
Égloga: El Alba en Silencio Género: Poesía bucólica Instrumentación sugerida: Laúd, f… Muchacha Ya el alba despierta, cual suave r…
Ay, Luna que alumbra el valle, mi amor ya no me consuela. Si supieras de mis males, nunca más estarías llena. En el río canta el viento,
El abuelo va despacio con su bastón de nogal; me sonríe y me saluda, tiene un gesto paternal. La abuela teje en su silla
Dijiste “una falta” y fue un gran… “solo un desliz” cuando ardió el a… “Un pequeño fallo”, todo se quebró… “cosas del destino” cuando él se m… “Tan solo un rasguño” y sangró la…
Los hijos no se van, la vida los l… y aunque el alma los quiera retene… sus pasos dibujan su propia trama, sus alas nacieron para aprender. Ya no eres su faro, solo un reflej…
Despierta, tierra mía, que la luz deshace la penumbra con su canto, y el día se derrama, suave y blanc… tejiendo su verdad sobre tu cruz. Que brote la esperanza en cada esq…
Aún me habita el temblor de tu car… ese roce fugaz, casi dormido, que en mi costado abierto y encend… dibujó con silencio su delicia. Te recuerdo sin prisa, sin premura…
En las sombras del anhelo, brilla el fuego de un suspiro, como un eco azul y bello. Se desliza en lento giro, cual un río sin sendero,
El pastel volador Tina y Tomás quisieron hornear un gran pastel para merendar. Pusieron harina, pusieron miel, pusieron un kilo de azúcar también…
Se va la brisa de tu aliento, se va tu risa de mi piel, y queda el eco más cruel donde era sol, hoy es lamento. La casa es sólo un frío hueco,
Tierno Rey, luz nacida, manso grey, dulce vida. Dios eterno
Hoy me sente con mi taza caliente, la bruma del te bailaba en la mesa… y un anhelo, casi adolescente, buscaba en el alma su vieja promes… No era el amor ni un sueno lejano,
Un cántaro rojo llora sangre de luna y geranio, en la plaza desvelada se quiebra un eco gitano El viento mata la piedra,
Un caracol muy viajero, con su casita en la espalda, salió a pasear por el prado, siguiendo la luz dorada. —¡Qué grande es el mundo entero!—