Descalzo,
Frente a un espejo, en la noche,
El espejo de mis pupilas.
De su cuello, al arista entre su mandíbula y su boca,
Hipnótica imagen azul y blanco, blanco-azul obscuro.
Dice mi nombre,
Y mis piernas tiemblan,
Mi pecho se dilata y dudo, dudo a pasos lentos.
Su boca húmeda aún me llama,
Un paso más, a su pecho me lanzó en camara lenta,
Como si no pudiese tocarlo, como si fuera prohibido.
Tengo miedo de ceder a algo imposible,
A sus manos frías y su boca,
Y es un impulso abrir mis labios a su respiración.
Su abdomen no distrae mi mirada de sus labios,
Mas mis manos en libertad corren sobre él, navegando;
Lento, silencioso.