Cuando me sonríes y sonrío
y de pronto mi alma vuela
mi mente se estremece
y sé que vales la pena.
Cuando una caricia ahuyenta el cansancio
entonces mi alma se llena,
mi corazón se acelera luego,
y sé que vales la pena.
Cuando tu compañía basta
para a los relojes darles cuerda,
me doy cuenta de que el tiempo no pasa
y sé que vales la pena.
Cuando me hablas y te hablo,
y conversamos a la luz de una vela,
me doy cuenta de que eres hermosa,
y sé que vales la pena.
Cuando con solo verte,
la alegría no da espera,
no hay duda de que eso lo es todo
y sé que vales la pena.