Hacia adentro
Poemario: En la flota
Un trancon de autos, motos, biciletas, aviones y todo tipo de vehículos atravezandome en mí, con las vías congeladas y todos los semáforos en verde hay un autodromo en mis carreteras y una carrera en mis kilometros, todos los autos los voy conduciendo yo y de cada nave tengo una vigencia de despegar sin permiso sin atravesar ninguna salida de emergencia.
Empiezo el viaje con los ojos cansados y la batería acabandose, al abordar me distrae el exterior y me confunde intervalo entre la puerta y mi silla, yo no quiero estar fuera del avión, quedense ustedes, les dejo las vías libres y las calles desocupadas, quiero lanzarme a donde soy un misterio y toda la ruta es desconocida.
Al despegar me oprime los ojos la nostalgia de habitar las nubes y ser parte del cielo, ¡mi cielo!, sol en las nubes, las nubes en el sol, recorro sus curvas y visualizo su transparencia, que maravilla es acercarme a lo lejano y habitar lo inhabitable, me voy de aquí, de allí, de ahí, la euforia de traiciona, el fuego me recibe, me enseña, me ofrece, le entego, el mar me limpia, me regaña, me sacude y me reprende, no soy yo quien vino a vivir en ti, eres tu viviendo en mi, me dejo llevar por mi egocentrica idea de comerme el mundo cuando este es el que me come y arropa a mi.
Solo pido más segunditos, más minutitos, horas, días, meses y años en este lugar mientras desconozco esta zona, mi zona, mis adentros sin estudios y mis paredes rayadas, te pido tiempo, señales que tomaré como libros para leer mis proximos caminos y así inicio este encuentro o reencuentro, aún no lo sé porque no estoy segura de haberme encontrado conmigo alguna vez.
Me sujeto la mano y con el cinturon mal abrochado me subo en mí, me analizo, me reconozco, me acompaño y me conciento, ay solecito... cuando brillarás en las noches y cuando soltarás lo que no viene contigo y lo que no empacaste en las maletas...
