De «Leyes mudas de la mano alzada»
el respeto al complejo ajeno
Dios existe lo acabo de inventar.
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Cuando quiero conocer a alguien me busco en Google. Aparecen personas que me reconocen… y otras que huyen de mis ojos inqu… a veces soy perseguido y otras per…
es más fácil ahora antes
con la mano izquierda escribamos a… en honor a los zurdos, en contra d… o usemos hoy nada más que el lado… imaginemos con el zurdo músculo in… no perdamos la ocasión, seamos zur…
Hubo un tiempo en que los hombres fueron dioses y dominaron todas las artes y las ciencias de forma misteriosa e inmisericord…
una buena palabra por verso
una bestia huye de mí y sobrevive yo huyo de otra bestia que sobrevivió
Tibio lecho, de dispares usos, cuéntale, al oído, de tus amantes anteriores, de los que, como él, dejaron sus sudares en tus tejidos… y partieron, a otro camastro,
Uno de los dragones me chamusca la… el otro, simétrico, sabe quién est… llega hasta sus aposentos y se arr… Un dragón, huraño, me renunció mal… impiedoso en la lucha con los caba…
Resulto ser la bala. Irrumpo en la batalla, busco el corazón de la guerra. De camino, mato lo que soy, siembro nuevos miedos.
—¿Quién es usted? —Eso debería saberlo usted.
Me da lástima tu sangre cuando cor… sin ritmo ni prosa hacia cualquier… Me doy golpes de pecho por no pone… vieja y desportillada para que no… La otra noche tu muerte me importo…
No importa quiénes sean los comensales al otro lado del libro. La poesía no sabe dar de comer.